Una tormenta breve, pero, al fin y al cabo, una tormenta, retrasó la salida de la Virgen de la parroquia de San Francisco el pasado jueves.
Aunque bien es cierto que Nuestra Señora de la Fuensanta Coronada llegó a salir de la iglesia, hubo de volverse ante los “goterones” que caían del cielo. Unos minutos después todo volvió a la normalidad y la comitiva salió del compás de San Francisco para cruzar el puente de Miraflores y adentrarse en la zona sur de la ciudad. En San José y Espíritu Santo un excelente altar de sus tres hermandades, Descendimiento, Rayo y Vera Cruz, esperaba a la Virgen.
