Ilustre, Piadosa y Secular Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de la Via Sacra de Nuestro Padre Jesús del Calvario,
Nuestra Señora del Mayor Dolor y San Lorenzo Mártir.
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A lo largo del primer cuarto del siglo XVIII la práctica religiosa del Vía Crucis alcanza un fuerte arraigo popular. En este contexto, se produce el nacimiento de la Santa Hermandad de la Sagrada Pasión y Vía Sacra de Nuestro Señor Jesucristo en el templo de San Lorenzo. El 20 de julio de 1722 se aprueban las reglas de esta hermandad. Estas reglas establecen que el objetivo principal de la nueva hermandad es la práctica del vía crucis todos los viernes del año por la tarde y los domingos y días festivos salvo los correspondientes a las pascuas de Navidad, Resurrección y Espíritu Santo. Sus miembros salen hasta el Calvario instalado en el Marrubial, a extramuros de la ciudad. La imagen titular de la hermandad debe permanecer en el templo parroquial cubierta con velos que se descubren los viernes y días festivos para ser contemplada por los hermanos y devotos. Asimismo, la hermandad está obligada a mantener de forma permanente una luz delante de la efigie y a sufragar los gastos de una fiesta religiosa anual en su honor. La elección de hermano mayor se lleva a cabo en un cabildo que se celebra el Viernes Santo y, aunque el mandato dura un año, no existe limite para la reelección. A imitación de esta cofradía de la Vía Sacra, se fundan un buen número de hermandades en la diócesis cordobesa que tienen como fin esencial la propagación de la práctica del vía crucis.
Esta hermandad presenta gran vitalidad hasta finales del siglo XVIII. El 25 de agosto de 1722 realiza su primera salida de la vía sacra. Existe una gran relación con los religiosos del vecino convento de Nuestra Señora de Gracia, hasta el punto de que el hermano lego fray Juan de la Concepción será el autor de la imagen titular de Jesús del Calvario que le fue encargada en 1723, siendo trasladada en procesión en abril de 1724 al palacio episcopal para que sea bendecida por monseñor Siuri. La concesión de indulgencias por el prelado de la diócesis Marcelino Siuri contribuye a fomentar la devoción del vecindario a la imagen de Jesús del Calvario.
Durante el siglo XIX la trayectoria de la cofradía presenta puntos comunes con la de las demás hermandades penitenciales de nuestra ciudad. Las dos primeras décadas están marcadas por los efectos perniciosos que se derivan de la entrada de las tropas napoleónicas en nuestra capital que causas numerosos destrozos en la documentación, enseres y objetos de cultos, sobre todo los de plata. Así la hermandad de Jesús del Cavario se ve afectada por el saqueo de la parroquia de San Lorenzo perdiendo algunos objetos de culto y enseres, a la par que experimenta una considerable reducción en el número de hermanos. A pesar de las dificultades, la hermandad mantiene los actos del Domingo de Pasión, desarrollando una función religiosa en honor de su titular y saliendo en vía crucis a las tres de la tarde acompañando a la imagen de Jesús del Calvario.
El tradicional Vía Crucis queda interrumpido con la publicación en 1820 del reglamento del obispo Trevilla que significa la desaparición de las procesiones de Semana Santa en nuestra ciudad durante varias décadas, entrando la hermandad en una fase de aletargamiento de la que saldrá a mediados de siglo con la revitalización del movimiento cofrade que supone la recuperación del desfile oficial del Santo Entierro a iniciativa de la corporación municipal en el año 1849. Así en el año 1851 acepta la propuesta del municipio y manifiesta su disposición a sacar en procesión la imagen de Jesús del Calvario el domingo 6 de abril.
Los miembros de la cofradía participan en la procesión del Santo Entierro de 1856 acompañando con sus cirios la imagen del Rescatado, ya que su titular se incorporará al desfile oficial del Viernes Santo a partir de la Semana Santa de 1861. En ese año, la imagen de Jesús del Calvario irá alumbrada por los hermanos de su cofradía y los de las de Jesús Caído y Jesús Rescatado.
A mediados de los años sesenta del siglo XIX la hermandad presenta claros síntomas de crisis que arrancan desde 1862 llegando a un extremo en que la hermandad carece de actividad y entra en una fase de total aletargamiento que se prolonga hasta el año 1918, aunque la imagen titular sigue formando parte del cortejo del Santo Entierro. Entre los años 1901 y 1907 deja de salir en la procesión oficial volviendo a incorporarse a esta en el año 1908.
En el año 1918 se vuelve a reorganizar la cofradía gracias a la iniciativa de José Morales Torres. En mayo de ese año se convoca un cabildo general que elige a Miguel Carbonell Muñoz como hermano mayor. Se decide la redacción de unos nuevos estatutos y se aborda la búsqueda de recursos con los que financiar los gastos de unas nuevas andas para el titular, así como el intento de lograr la cesión de una bella dolorosa que las religiosas del hospital de Jesús Nazareno tenían en la enfermería con el fin de incluirla en la procesión
Todos estos esfuerzos culminan con éxito y así el 12 de abril de 1919 el párroco solicita el permiso para sacar en procesión las imágenes de Jesús del Calvario y Nuestra Señora de los Dolores el Miércoles Santo a las siete de la tarde. La incorporación de la Dolorosa de las monjas de Jesús Nazareno obliga a la hermandad a modificar su Título que a partir de ahora será el de Nuestro Padre Jesús del Calvario y Nuestra Señora del Mayor Dolor.
En la Semana Santa de 1922 la cofradía saca sus imágenes el Martes Santo en unión de los titulares de las hermandades del Cristo de Gracia y Nuestra Señora de las Angustias, sin embargo esta experiencia no volverá a repetirse, ya que en 1923 la cofradía sale únicamente con sus titulares y recupera el Miércoles Santo como día de salida.
A partir del año 1927 la cofradía interrumpe su salida en la procesión oficial del Santo Entierro. En el mes de febrero de este mismo año, se aprueban por la autoridad eclesiástica unos nuevos estatutos.
La pujanza de la hermandad queda truncada por la II República que significa la supresión de las procesiones entre 1932 y 1934. En el año 1935 solo se realizará la procesión del Santo Entierro que contará con la imagen de Jesús del Calvario con los miembros de su cofradía y un piquete de romanos a caballo.
A partir de 1937 se produce un renacer del movimiento cofrade en nuestra ciudad y la hermandad reanuda sus cultos con normalidad volviendo a realizar su estación de penitencia el Miércoles Santo. Con el fin de evitar la dependencia que supone el solicitar la Dolorosa a las religiosas de Jesús Nazareno se acuerda encargar una nueva imagen que realizará Juan Martínez Cerrillo y que será nombrada como Nuestra Señora del Mayor Dolor y Esperanza.
La efigie tallada por Martínez Cerrillo no satisface a los miembros de la hermandad por lo que se decide que no salga el Miércoles Santo de 1944 y se plantea la necesidad de sustituirla por la que al año siguiente realizarán Castillo Ariza y Díaz Jiménez. La Cofradía solicita a los autores que tomen como modelo para esta nueva imagen y copien el rostro de la actual María Santísima Nazarena por ser esta la que tradicionalmente habían procesionado. La nueva imagen se bendice el día 11 de marzo de 1945 por el párroco de San Lorenzo.
Durante la década de los sesenta la hermandad atraviesa una etapa de languidez que acabará con un nuevo despertar a mediados de la década de los setenta. Así en el año 1978 se aprueban unos nuevos estatutos. En los años 80 y 90 continuará este auge que se materializará en los proyectos realizados entre los que destaca el nuevo paso para Jesús del Calvario.
Durante el año 1997, la hermandad celebró con diversos actos religiosos y culturales el 275 aniversario de su fundación.
En diciembre del año 2006, como consecuencia del cierre por obras de restauración de la Parroquia de San Lorenzo Mártir, la hermandad traslada a sus Titulares a la Iglesia de San Rafael, regresando a San Lorenzo en marzo de 2009 tras su reapertura.
Sede Canónica
Real Iglesia Parroquial de San Lorenzo Mártir.